Reseña. Comandante

Comandante, de Katy Evans

Serie – La Casa Blanca 2

Editorial – Chic

Género – Romántica actual/adulta

Puntuación ★★★☆☆

Opinión personal

Esta segunda entrega titulada Comandante retoma su trama principal en el instante después de su despedida, facilitando así una mejor comodidad para el lector. A grandes rasgos, Katy Evans reproduce aquellos elementos más representativos y definitorios de lo que se conoce como una continuación. La Casa Blanca se convierte en esta ocasión en un escenario idílico para dar evolución a una historia de amor ya esbozada en el primero de los libros. Matt convertido ya en presidente de los EE.UU debe recuperar ese amor pasional y emotivo y para ello propondrá a Charlotte un trabajo que les unirá más y que les hará recordar los motivos por los cuales se dejaron llevar desde un principio.

Como segunda entrega y como continuación, su trama no difiere mucho de su antecesora. Katy Evans reproduce casi paso a paso lo que tanto triunfó en el pasado. El cambio de escenario llama la atención por sí solo, hasta convertirse en un reclamo difícil de resistir. Nunca antes el lector había disfrutado de un fondo escénico tan diferente gracias a un personaje principal masculino que ha de romper moldes alejándose de ese prototipo ya realmente conocido. Que sea una continuación también juega negativamente de alguna manera puesto que pocas cosas pueden ser llamadas novedades en este libro. Apenas se registran sorpresas en esta lectura, lo que no desmerece la novela. Se trata como su antecesora, de un libro que ha de ser leído con ánimo cuyo resultado no es decepcionante puesto que meramente se trata de una historia sencilla, pero a la vez bonita y resultona.

Con un ritmo constante y ágil, se consigue alcanzar un final que pudiera ser considerado un broche de oro. Su autora, con una pluma elegante y concisa pone final a un romance a la altura de sus propias expectativas al ofrecer aquello que solo se puede conseguir. Su recomendación se justifica plenamente en base a los que transmite. Sin mayores elementos que el del propio romance, el lector disfruta de una evolución decisiva en la historia de amor para conseguir ese ansiado final tan anhelado por los lectores más soñadores. Si se tiene en cuenta que estamos ante un libro natural y sencillo, no habrá espacio para la decepción, ya que ha de valorarse también la originalidad de su contexto.

La elegancia, siempre presente en el relato, es uno de los puntos más favorables de la novela. Katy Evans ha sabido bien crear una novela perteneciente al complicado mundo de la literatura romántica adulta sin caer en esos viejos hábitos de escenas desbordantes donde la pasión parece el único punto central. Esta trama sobre el recién elegido presidente de EE.UU. es el ejemplo perfecto de la gran comunión entre el erotismo y el romance, ambos elementos conviven perfectamente creando a su paso una burbuja en la que sentirse cómodo. Sin lugar a dudas este par de libros se convierten en la confirmación de que estamos ante una autora que bien merece nuestra atención, una recomendación a la que es difícil resistirse.

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